Wednesday, 08 de September de 2021
Los pacientes con diagnóstico de Insuficiencia cardíaca en cualquiera de sus formas clínicas pueden tener una limitación en su capacidad de ejercicio, principalmente por la presentación de angina (dolor en el pecho) o trastornos como disnea (dificultad para respirar). Otros pacientes restringen voluntariamente su actividad por temor a que el ejercicio empeore el curso de la enfermedad.
En cualquiera de estas circunstancias se requiere del control y de la supervisión médica. Los programas de rehabilitación o de ejercicio programado mejoran la capacidad física de los pacientes en esta condición, ya que el paciente refuerza su estado psicológico, aumenta el umbral de presentación de angina y de arritmias y ayudan a la normalización de la vida social, laboral y sexual.
Las personas que sufren de insuficiencia cardíaca pueden mejorar su calidad de vida y aumentar su bienestar cuando se mantienen activas y realizan sus actividades habituales. En general, no se encuentra recomendado el reposo absoluto o el abandono de toda actividad física (salvo casos especiales) y está comprobado que el ejercicio físico contribuye a mejorar los síntomas y a aumentar la autoestima.
El ejercicio debe estar ajustado a las necesidades de cada persona y asesorado por personal especializado. Es recomendable comenzar con actividades como:
- Caminatas por terreno llano: Al principio, se puede empezar con 5-10 min, dos veces al día, para ir aumentando progresivamente hasta conseguir 30-40 minutos de 5 a 7 veces por semana.
- Nadar en agua templada (para evitar los cambios bruscos de temperatura) unos 15 minutos al día.
- Pasear en bicicleta en terreno llano (o bicicleta estática) 15 o 20 minutos al día, con una resistencia baja e ir aumentando gradualmente según la tolerancia.
- El ejercicio se debe realizar a la misma hora cada día, con ropa cómoda y holgada y con el calzado adecuado (plano, fuerte y resistente para evitar lesiones mecánicas).
- Se deben tomar líquidos o agua antes y después del ejercicio (teniendo en cuenta la restricción hídrica)
- Se recomienda llevar un diario del ejercicio que se realiza y consultar con el médico o la enfermera si ocurriera alguna incidencia o disminuyera el nivel de energía y si aumenta la dificultad respiratoria o fatiga.
Precauciones:
- No hacer ejercicio si no se siente bien o si hace mucho calor, frío o humedad.
- Evitar los ejercicios que provoquen dolor, fatiga o mareo.
- No hacer ejercicio en ayunas o justo después de comer. Mejor dejar pasar dos horas desde la última comida.
- Evitar actividades que requieran mantener la respiración o coger pesos importantes, así como los deportes de competición o contacto físico inclusive evitar los ejercicios de alto impacto.
- Descansar siempre que aparezca dificultad para respirar, cansancio, sudoración, mareos, náuseas o molestias en el pecho. Consultar con el médico o la enfermera si estos síntomas no disminuyen con el reposo.
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